Totalmente rentable
Como complemento siempre a un salario justo, el llamado salario emocional contribuye a aumentar la productividad y mejorar índices de máxima proiridad en la gestión de talento.
La felicidad en el trabajo va mucho más allá del salario. Por muchos ceros que tenga tu nómina mensual, hay otros factores que afectan de forma positiva o negativa en tu satisfacción laboral. Estos te hacen sentir más o menos feliz. Son factores que contribuyen al crecimiento y el bienestar y que complementan un salario justo. Es el conocido como salario emocional, la principal herramienta que complementa el salario económico para perseguir la felicidad laboral.
Google o Facebook han sido los precursores de la felicidad en los entornos empresariales. Instalaron ya hace muchos años futbolines y gigantes toboganes en las oficinas buscando la satisfacción de todos los empleados.
Pero igual que el dinero no da la felicidad, una partida al futbolín tampoco. Estas prácticas al más puro estilo Sillicon Valley fueron disruptoras y propiciaron unión y buen clima. Pero, la felicidad laboral es mucho más que echar un ping- pong con los compañeros.
¿Qué es la felicidad laboral?
La felicidad laboral está relacionada con la retribución, el clima laboral, el reconocimiento, la flexibilidad, las posibilidades de desarrollo, el bienestar, la realización personal y otros ingredientes.
En el entorno HR ha surgido una nueva figura para promoverla, la del CHO (Chief Happiness Officer) o gerente de felicidad, cuyo objetivo principal es agregar ingredientes a esta coctelera para mantener enamorados a los empleados y fidelizarlos. El CHO analiza con detenimiento la situación de su organización, las expectativas de los diferentes arquetipos y desarrolla estrategias e iniciativas persiguiendo su bienestar. A partir de ahí, hace un seguimiento exhaustivo midiendo los resultados de cada iniciativa. A la vez que maneja sus índices de felicidad y trabaja en un círculo de mejora continua.
Mahou fue una de las primeras empresas españolas en inaugurar el área de felicidad. Ya en 2018 puso a disposición de la felicidad recursos y toda una infraestructura. Esto sirve para monitorizar los índices de bienestar de sus empleados y poder innovar al respecto. Miden el clima laboral periódicamente a través de la encuesta DILO. Crearon la plataforma Happynet para entrenar competencias que son claves en felicidad. Promueven actividades tanto individuales como colectivas e incluso gestionan lo que ellos llaman PPF, planes personalizados de felicidad.
¿Es rentable la felicidad?
La felicidad es rentable. Decenas de cifras y estudios lo corroboran. Según un estudio de la Universidad de Oxford, la productividad aumenta en un 13 % cuando el colaborador es feliz. Otros KPI en los que se genera un claro impacto positivo son el compromiso, el orgullo de pertenencia y la popularidad de la marca empleadora. Esto, reduce en consecuencia los costes relacionados con la rotación y potenciando la atracción de talento.
Según APD, el absentismo laboral cuando se aplica salario emocional se reduce hasta en un 51 %. Por ello, las empresas no dejan de innovar y trabajar en felicidad laboral, y las que consiguen colmar las expectativas del talento son muy reconocidas y las favoritas para los trabajadores. Son las –best place to work-.
Para las nuevas generaciones, las posibilidades de conciliar y disponer de tiempo libre, de gozar de una mayor salud física, mental o financiera, de ver reconocidos sus esfuerzos o de sentir que forman parte de un propósito global y sostenible han cobrado todavía más importancia a raíz de la pandemia de la COVID-19.
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