¿Tu cultura empresarial premia el resultado, el aprendizaje, o ambas?
Descubre la mentalidad de tu organización y cultiva un entorno growth mindset para llegar muy lejos con tus personas.
Si en las personas hay que potenciar el aprendizaje continuo, en el entorno empresarial es primordial conseguir que los empleados se sientan en un espacio de crecimiento real, con una cultura basada en el growth mindset (mentalidad de crecimiento).
Este nuevo planteamiento que Carol Dwek expuso en La actitud del éxito ya en 2006, expone que existen dos tipos de mentalidades. La mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento.
La mentalidad fija se basa en la creencia de que el ser humano es inteligente y talentoso por naturaleza, y que se trata de un don innato. Es una mentalidad orientada 100 % a los resultados y anclada a términos absolutos: «o triunfas o fracasas». Pueden ser personas buenísimas en lo que hacen, pero que se estancan y no avanzan porque no le prestan atención al aprendizaje.
La mentalidad de crecimiento es la que interpreta el esfuerzo como el camino hacia la mejora continua y cree firmemente que las habilidades y el talento se desarrollan. Es una mentalidad que ve el verdadero valor en el proceso de aprendizaje que se genera persiguiendo un reto. Los errores y obstáculos son en este esquema ricas fuentes de conocimiento. Son personas que se sienten atraídas por los retos, trabajadores y aprendedores incansables.
Diferencia entre mentalidades
Esto no quiere decir que en entornos con mentalidad de crecimiento el resultado no sea importante. En ambos casos hay una alta motivación por alcanzar el resultado final, pero si en las organizaciones con mentalidad fija lo que prima y se premia por encima de todo son los resultados, en las culturas de crecimiento se premia también el aprendizaje adquirido y el progreso en general del equipo.
Con la mentalidad fija, por encima de todo está alcanzar el resultado. Y en una organización que premia solo los resultados, el fin justifica los medios. Esto origina en el seno de las empresas en ocasiones incluso prácticas y competencia desleal entre los mismos compañeros. Si lo que importa es asegurarse la primera posición o el pin del más listo de la clase, todo vale. Algunos se guardan información. Otros no comparten conocimiento. Otros ocultan que han cumplido sus metas hasta la apertura del siguiente trimestre. Y todo eso penaliza al crecimiento de la organización.
Con la mentalidad de aprendizaje se premian las actitudes de crecimiento, no solo los resultados. La persecución de un reto en equipo implica muchas cosas: salir de la zona de confort, adquirir nuevos conocimientos, buscar opiniones de compañeros o expertos, participar y colaborar constantemente, buscar alternativas a lo que no funciona, maniobrar, probar y volver a probar, perseverar y aprender de los errores. Gracias a ello, las personas aúnan esfuerzos y reman en equipo con fuerza persiguiendo el resultado, un resultado de mucho más valor.
Un entorno laboral que es espacio de crecimiento
Las empresas que adoptan el growth mindset crean un entorno laboral que los empleados perciban como un auténtico espacio de crecimiento. Solo así algunas de las actitudes y comportamientos de mentalidad fija, demasiado instaurados, irán perdiendo posiciones.
Una cultura y líderazgo que promueva la mentalidad de crecimiento de una forma real y evidente será la mejor palanca de este cambio:
- Transmite los retos como oportunidades de crecimiento.
- Recompensa comportamientos y actitudes growth, a pesar de no alcanzar los objetivos.
- Da mayor peso a la colaboración y participación y elimina esas competencias que no juegan a favor de la empresa.
- Fomenta con fuerza la innovación.
- Haz a los equipos socios en tus retos.
- Elimina el dichoso miedo al fracaso y a los errores. Siempre hay unos límites para evitar el desastre y compañeros al lado.
- Elimina el miedo a expresar debilidades, ¡nadie sabe de todo!
- Anima a no compararse con otros, en un aprendizaje solo uno puede compararse consigo mismo.
- Anima a que las personas se inspiren en los éxitos de otros en vez de compararse con otros.
- Empodera a cada persona en su propio desarrollo.
- Dota de la infraestructura necesaria a tu organización para gestionar el conocimiento y la colaboración.