Modelo presencial, remoto o híbrido. ¿Por cuál apuestas tras la pandemia?
Todavía está por ver la modalidad ganadora, pero es fundamental incorporar la flexibilidad a la cultura empresarial. Para ello, debemos basarnos en el conocimiento de nuestros arquetipos de talento.
Independientemente de polémicas, promotores y detractores de la flexibilidad, hay que admitir que la pandemia nos demostró en 2020 que la productividad no depende de una jornada fija y presencial de ocho horas en una oficina.
Antes de la pandemia eran ya muchas las empresas que ofrecían flexibilidad temporal para que los empleados pudieran, dentro de una franja, acomodar su horario laboral a sus circunstancias personales. Por el contrario, la flexibilidad espacial, reflejada principalmente en el teletrabajo no estaba demasiado extendida todavía, pero la COVID-19 supuso una auténtica revolución para este sistema.
El rápido avance del teletrabajo
Hasta marzo de 2020 el teletrabajo constituía una de las principales demandas del talento, que lo solicitaba encarecidamente en pro de una mayor conciliación. Pero los avances eran lentísimos. Según un informe del Eurostat, el índice de teletrabajo en España era solo del 7,5 %, mientras que la media de la Unión Europea era casi del 13,5 %. Por este motivo, las empresas que facilitaban el teletrabajo eran escasas. Pero, a la vez, especialmente atractivas, imanes muy potentes para el nuevo talento.
A raíz de la pandemia, el teletrabajo ha alcanzado una penetración del 34 % en nuestro país.
Al ser un índice que ha respondido a una situación de extrema criticidad, todavía está por ver si tras la pandemia y sus coletazos permanecerán los modelos híbridos, presenciales o se consolidarán los remotos. Hay una gran incógnita alrededor y hay opiniones para todos los gustos.
La digitalización es un gran facilitador de este modelo. Por otro lado, la demanda de teletrabajo por parte de los profesionales es creciente. Y más aún después de la situación vivida. Les permite una mejor conciliación, aumenta la autonomía, ahorra tiempos, evita desplazamientos y riesgos de salud también.
Un teletrabajo justo
Las empresas más vanguardistas en gestión de talento se están equipando para consolidar el formato remoto entre sus opciones. Incluso la nueva ley, aún poco madura y con una vuelta de tuerca necesaria, ha arrancado los motores para promover un teletrabajo justo para empresa y empleado.
Pero hablando de felicidad y teletrabajo, las empresas se encuentran con retos añadidos. Y es que si antes felicidad y teletrabajo estaban íntimamente ligados por la escasez de oferta, ahora tras la pandemia, el teletrabajo 100 % no tiene por qué hacer feliz a todo el mundo. Pero regresar a la oficina todos los días quizá tampoco.
Se abre en este contexto todo un abanico de posibilidades. Habrá personas que estén felices de poder trabajar desde sus hogares y evitar los atascos. Mientras, otras están deseando regresar a la oficina. Ya sea porque en su hogar no cuentan con las condiciones adecuadas para trabajar o necesitan cambiar de entorno.
Por eso habrá que estudiar cuáles son las diferentes necesidades en nuestra organización y activar nuevas fórmulas si es preciso.
Escuchemos al talento, hagamos harketing. Se oyen ya muchos casos de empresas que ofrecerán a sus empleados la posibilidad de elegir entre varios formatos. Una buena manera de personalizar y adaptarse a la diversidad de las plantillas.
¿Cuál es tu caso?